La valoración patrimonial (tasación) de archivos y bibliotecas en España es poco frecuente pese a los notorios beneficios que proporciona a sus propietarios cuando son personas físicas o familias (ver artículos sobre tasación de fondos familiares) y lo mismo si los archivos y bibliotecas pertenecen a fundaciones, empresas u instituciones privadas, a cuyo tratamiento dedico este artículo. (Ver abajo la entrada sobre tasación de archivos y bibliotecas públicas).
La tasación hace posible incluir los archivos y bibliotecas en los balances y ayuda a ponerlos en valor frente a terceros justificando con argumentos económicos las solicitudes de subvención, el gasto y las inversiones en conservación, acrecentamiento y difusión de los fondos, así como permite racionalizar los aseguramientos, la restauración, el expurgo y otros procedimientos.
En los últimos años han comenzado a ser tasadas algunas bibliotecas propiedad de personas físicas y empresas, fundaciones y otras entidades privadas pero, no obstante, la inmensa mayoría de las bibliotecas privadas de nuestro país están sin valorar monetariamente. Huelga decir que, si tal es la situación en las bibliotecas, la tasación de archivos resulta excepcional.
Con la adaptación de nuestras leyes a las directivas de la Comunidad Europea se ha introducido en la legislación española la necesidad de incorporar a la contabilidad todos los activos y pasivos de las fundaciones, empresas u otras entidades (uno de éstos activos, sin lugar a dudas, lo constituyen los archivos y bibliotecas).
Además se ha implantado el uso del valor razonable como opción voluntaria para la contabilización del valor monetario de los activos por medio de una tasación realizada por perito acreditado y para actualizar anualmente los cambios en dicho valor sin necesidad de norma que lo acredite, incluidos los archivos y bibliotecas que forman parte del Patrimonio Histórico Documental y tanto si la propiedad corresponde a fundaciones, empresas u otras entidades o familias como si el titular es la Administración Pública. El objetivo es presentar en cuentas la “imagen fiel” de la entidad o empresa y para ello la información reflejada en la contabilidad debe ser relevante y mejorar el grado de comparabilidad de la misma.
El valor razonable presenta notables ventajas administrativas y de costes sobre otras bases de valoración, pero la normativa contempla también el uso opcional u obligatorio, según los casos, de otras bases de valoración e incluso la posibilidad de estimar el valor razonable en base a modelos valorativos.
La tasación de cada biblioteca y de cada archivo constituyen un caso pericial diferente pues no se dan dos iguales. Las circunstancias y condiciones de cada uno son siempre específicas y ello obliga a realizar un análisis particularizado tanto de los problemas técnicos periciales que plantea la tasación de cada fondo como de otros aspectos que forzosamente han de ser tenidos en cuenta como son, entre otros, el marco jurídico, la forma y circunstancias de la propiedad, la finalidad que se persigue, los condicionantes (que siempre existen) y los legítimos intereses del cliente porque los resultados pueden ser muy distintos en función del enfoque, criterios y metodología que se apliquen al caso. El perito debe exponer ante el cliente las diferentes posibilidades valorativas que encajan dentro de la legalidad para que él elija la que más le convenga.
Hace ya muchos años realicé la tasación de la biblioteca de la Fundación Sierra Pambley de León y a lo largo de 20 años he tasado numerosas bibliotecas pertenecientes a fundaciones, empresas (como la tasación de la biblioteca de un gran despacho de abogados de Madrid con la finalidad de valoración patrimonial, activación contable y constitución de una fundación) y muchas familias. En éstos momentos estoy terminando la tasación de la biblioteca de la Fundación Carlos Casares, de Vigo, con la finalidad de valoración patrimonial.
He realizado también la tasación de un número más pequeño pero muy significativo de archivos de los cuales destacan, entre otros, la tasación de la biblioteca humanística y un importantísimo archivo poético/literario para la Universidad de Málaga o mi intervención parcial en la tasación de uno de los más grandes archivos nobiliarios españoles a efectos de cuenta y partición de herencia.
La tasación de archivos es menos frecuente que la de bibliotecas debido al desconocimiento, pero realizarla produce idénticos beneficios. El último archivo que he tasado pertenece a la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, de Madrid (solamente cito nombres cuando puedo mencionarlos).
Por último, les comunico que estoy ejecutando la tasación del Archivo General de una diputación provincial, el primer archivo de propiedad pública que tasará sus fondos en España. El marco jurídico es distinto del que rige la tasación de los archivos y bibliotecas privadas y el encargo me ha dado ocasión de profundizar mis investigaciones sobre tasación de archivos para encontrar soluciones periciales ajustadas a las posibilidades legales y a las necesidades de los distintos tipos de clientela.
Con éste artículo hago saber a bibliotecarios y archiveros y a los directores o propietarios de archivos y bibliotecas que la nueva normativa contable pide que el valor monetario de los archivos y las bibliotecas se incorpore a los balances o inventarios de las entidades privadas o públicas y que su tasación es siempre técnicamente posible previo estudio particularizado y desarrollo de la metodología propia de cada caso. Y que estoy a su disposición para prestar mis servicios periciales.
No duden en pedirme más información, un estudio preliminar gratuito o un presupuesto para realizar la tasación de su archivo o biblioteca escribiendo a cursostasacion@gmail.com o llamando al +34 653 667509.
A los efectos del artículo principal de éste post me refiero sobre todo a las tasaciones de archivos y bibliotecas realizadas con la finalidad de valoración patrimonial, pero son igualmente escasas las que se ejecutan -normalmente cuando no queda más remedio-, a efectos de compra o venta, cuenta y partición de herencias, judicial, aseguramiento, etc. En los países latinos padecemos la práctica inmemorial de no valorar económicamente los archivos y bibliotecas hasta que se producen situaciones que lo hacen imperativo (por ejemplo, inundaciones, incendios, robos).
Las razones históricas hay que buscarlas en la escasa atención que las legislaciones sobre contabilidad -a excepción del sector inmobiliario y alguno más- han prestado a los
principios, criterios y métodos valorativos, lo que a su vez provocó la inexistencia de formación sobre tasación de archivos y bibliotecas tanto en la universidad como en los centros
documentales. Dicho sea de paso, en España dicha carencia la padecen igualmente los demás sectores de actividad, aunque las recientes modificaciones legislativas en España han puesto las bases
para subsanarla.
Aparte de mis propios cursos, existen muy pocas publicaciones relacionadas con la tasación de libros (impresos) y ninguna, que yo sepa, sobre la tasación de bibliotecas. Ni que decir tiene que siendo así la tasación de libros y bibliotecas, no hay formación de ninguna clase sobre tasación de documentos (no-libros) y todavía menos sobre tasación de archivos.
Por éste motivo no hay referencias de autoridad a las que remitirse aunque dispongo de la experiencia y de la documentación acumulada en multitud de intervenciones periciales sobre libros, bibliotecas antiguas y modernas y diversos archivos privados a lo largo de los años. Una experiencia que es única por el número, el tamaño y la variedad de los fondos sobre los que he intervenido como perito.
Esto, a su vez, me decide a impartir formación sobre tasación de archivos y bibliotecas privados y públicos en un próximo futuro, un viejo proyecto que he venido aplazando con el que espero contribuir a que se difunda la conveniencia y la viabilidad de la tasación con la finalidad principal de valoración patrimonial entre los propietarios de los archivos y bibliotecas y los profesionales que trabajan en los mismos.
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