Un manuscrito desconocido sobre los errores de Miguel de Cervantes en su Quijote, escrito por el valenciano Antonio Eximeno (1729-1808) a principios del siglo XIX, ha llegado a nuestra librería para su estudio, tasación y posterior gestión de venta por cuenta de la propietaria.
El hallazgo no solo aporta un documento inédito sobre la crítica del Quijote, sino que permite contextualizar otro manuscrito, hasta ahora olvidado en la Real Academia Española. Nos encontramos ante una apasionante polémica surgida hace más de dos siglos entre los primeros cervantistas y admiradores de don Miguel: el jesuita Antonio Eximeno y el historiador Martín Fernández de Navarrete.
Los inicios del cervantismo en España
El estudio de la vida y la obra de Miguel de Cervantes no comenzó hasta el siglo XVIII, cuando Gregorio Mayans y Siscar publicó la primera biografía del escritor: Vida de Miguel de Cervantes Saavedra (1738). Más de cuarenta años después, en 1780, la Real Academia Española financió la publicación de un estudio y edición del Quijote a cargo de Vicente de los Ríos. Estos dos eruditos se detuvieron entonces en subrayar, comentar y clasificar los errores compositivos que encontraron en el Quijote, aunque ya venían señalándose desde la publicación de la primera parte de la obra en 1605, como la introducción de las novelas intercaladas (El curioso impertinente o la historia del capitán cautivo) o el error del robo del rucio de Sancho.
Tras Gregorio Mayans y Vicente Gutiérrez de los Ríos, Antonio Eximeno fue el tercer participante en este debate, y lo hizo en franco desacuerdo con sus predecesores, como constató en su Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quixote, impresa en Madrid en 1806. No obstante, esta obra ha quedado muy relegada en los estudios cervantinos hasta su recuperación y edición por Rey Hazas y Muñoz Sánchez en el año 2006, y por Pablo Martín González más recientemente.
La vida itinerante de un jesuita ilustrado
Antonio Eximeno Pujades (Valencia, 1729 – Roma, 1808) ingresó en la Compañía de Jesús en 1745 y fue profesor de Retórica y Poética en el Seminario de Nobles y en la Universidad de Valencia. Su trayectoria académica ascendente, dada su fama y competencia en matemáticas y en otras disciplinas, se vio interrumpida por la expulsión de los jesuitas en 1767. En su nueva etapa, secularizado y desterrado en Italia, se formó como teórico musical y publicó en italiano un tratado titulado Dell’origine e delle regole della Musica colla storia del suo progresso, decadenza e rinnovazione (1774). Sus críticas y propuestas innovadoras crearon una intensa polémica durante años, tanto en Italia como en España, pues con sus planteamientos musicales se había adelantado a su propio tiempo.
El prolongado exilio en el país vecino se vio suspendido por la invasión napoleónica de Italia, pues Carlos IV aceptó el regreso temporal de los jesuitas expulsados. De esta manera, Antonio Eximeno volvió en julio de 1798 a Valencia, donde tuvo ocasión de comenzar a redactar una extensa novela satírico-musical titulada Don Lazarillo Vizcardi, que vería la luz póstumamente a finales del siglo XIX. Para escribirla se basó, como él mismo llegó a afirmar, en Don Quijote de la Mancha y fue así como acabó leyendo las obras de Gregorio Mayans y Vicente Gutiérrez de los Ríos.
Aún seguía Antonio Eximeno sumergido en la redacción de su novela, cuando nuevamente Carlos IV volvió a desterrar a los jesuitas en marzo de 1801. El valenciano regresó, muy a su pesar, a Italia y se estableció en Roma, donde concluyó en 1802 su novela Don Lazarillo Vizcardi. Sus investigaciones músicas con ocasión del concurso a un magisterio de capilla vacante. Fue entonces cuando, a raíz de sus lecturas, decidió imprimir una Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quixote (Madrid, 1804), donde atacaba las observaciones de Gregorio Mayans y Vicente Gutiérrez de los Ríos.
Como aún era habitual en la época, el jesuita valenciano debió solicitar permiso para su publicación en España. Todo el proceso lo describe con detalle el músico Francisco Asenjo Barbieri en el «Preliminar» del primer tomo de Don Lazarillo Vizcardi (p. XLVII), que se encargó de editar:
Escribió, pues, Eximeno una Apología de Cervantes; y […] la remitió a Madrid a principios de 1805, para que se diera a la estampa.
La Real Academia Española tenía entonces a su cargo la censura oficial de obras literarias y […] acordó que pasase el manuscrito a don Martín Fernández de Navarrete para que expusiera su dictamen.
Cerca de dos meses tardó Navarrete en evacuar el informe, y al fin entregó a la Academia una censura bastante acre […]
Esta censura de Martín Fernández de Navarrete a la Apología de Miguel de Cervantes de Antonio Eximeno, fechada en mayo de 1805, se conserva en el Archivo de la Real Academia Española y es, probablemente, la primera pieza sobre Cervantes del que llegaría a ser uno de los cervantistas más importantes del siglo XIX.
Lo que se desconocía hasta la fecha era que Antonio Eximeno le respondió con la misma acritud y virulencia que ya había mostrado hacia Gregorio Mayans y Vicente Gutiérrez del Río. Y esa contestación es el desconocido manuscrito que ahora presentamos.
Un documento cervantino desconocido
La Censura de la Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quixote, con la respuesta de su autor es un manuscrito de 28 páginas, fechable hacia 1805-1806, y firmado por Antonio Eximeno. Salvo el título de la portada, la primera y última hoja están en blanco y protegen el texto, enumerado hasta la p. 23, aunque concluye en la p. 24. El manuscrito se encuentra en muy buen estado, con un cosido muy sencillo en los extremos del lomo y la marca de un doblez en su mitad. Probablemente la letra, muy cuidada, es de algún secretario o ayudante de Antonio Eximeno, pues este sufría de una progresiva ceguera desde 1800. La firma del autor, en cambio, sí parece autógrafa.
La redacción de esta respuesta debió de tener lugar en el segundo semestre del año 1805, pues la censura de Martín Fernández de Navarrete está fechada en mayo de ese año y el texto debió de tardar algunas semanas en llegar a Antonio Eximeno. En cualquier caso, este informe desfavorable no tuvo efecto alguno en la publicación de la Apología de Miguel de Cervantes, que apareció al año siguiente en Madrid.
Un puzzle documental resuelto
Es probable que Eximeno enviara su respuesta crítica a Fernández de Navarrete, del mismo modo que había recibido las observaciones a su Apología. La discusión quedó restringida a un ámbito manuscrito y, por esa razón, no ha trascendido hasta la fecha. Dado que el informe de Fernández de Navarrete era un encargo de la Real Academia Española, su trabajo acabó en el archivo de la institución. No obstante, ha sido un documento completamente obviado en el estudio de la construcción historiográfica del cervantismo decimonónico. A este capítulo olvidado se suma ahora la censura inédita de Antonio Eximeno, que constituye el eslabón que une directamente el cervantismo ilustrado iniciado por Mayans con el decimonónico que continuaría y protagonizaría Fernández de Navarrete.
Señalan Rey Hazas y Muñoz Sánchez, como expertos en el cervantismo del siglo XVIII, que los trabajos de Gregorio Mayans, Vicente Gutiérrez de los Ríos y Antonio Eximeno «conforman entre sí un bloque homogéneo por lo que respecta al asunto de los desaliños compositivos del Quijote». El descubrimiento y contextualización de los textos de Martín Fernández de Navarrete y Antonio Eximeno permiten ampliar ese bloque polémico y reconstruir cómo la llama del cervantismo fue pasando de mano en mano entre estos eruditos gracias a la polémica sobre los yerros (o no) del Quijote de Miguel de Cervantes.
Por último, hay que señalar que Antonio Eximeno, junto con Lorenzo Hervás y Juan Andrés, entre otros, han sido considerados los exponentes más representativos de la Escuela Universalista Española del siglo XVIII. Con este marbete viene estudiándose en la última década a un nutrido grupo de filósofos, escritores, científicos, artistas, etc., que vivieron durante el reinado de Carlos III y Carlos IV, y que constituyen el enlace entre el tradicional humanismo clásico y el inicio de la ciencia moderna. Este manuscrito desconocido de Antonio Eximeno viene a incrementar el importante y olvidado legado de estos ilustrados españoles.
(Universidad de Sevilla)
Bibliografía principal
Aullón de Haro, Pedro y Davide Mombelli, Introduction to the Spanish Universalist School. Enlightened Culture and Education versus Politics, Leiden, Brill, 2020.
Eximeno, Antonio, Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quixote, ed. de Pablo Martín González, en Biblioteca de la Lectura en la Ilustración (2020). Disponible en: <http://212.128.132.174/d/apologia-de-miguel-de-cervantes-sobre-los-yerros-que-se-le-han-notado-en-el-quixote>.
Fernández de Navarrete, Martín, «Censura de la obra que ha escrito don Antonio Eximeno intitulada Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quijote», Archivo de la Real Academia Española, ES 28079 ARAE 1-F1-2-5-1-4-6. URL: <https://archivo.rae.es/informe-de-martin-fernandez-de-navarrete-de-censura-de-la-obra-que-ha-escrito-don-antonio-eximeno-intitulada-apologia-de-miguel-de-cervates-sobre-los-yerros-que-se-le-han-notado-en-el-quijote>.
Pascual, Miguel Ángel, El padre José Antonio Eximeno Pujades, Valencia, Institució Alfons el Magnánim, 2003.
Rey Hazas, Antonio y Juan Ramón Muñoz Sánchez, El nacimiento del Cervantismo. Cervantes y el Quijote en el siglo XVIII, Madrid, Verbum, 2006, pp. 75-82.
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